

Cuando entre tantas reglas perdí mi norte y mi esencia en general, sentí que ya no tenía más que perder... por eso me comprometí a desordenarlo todo para encontrarme de nuevo.
Saqué, revolví, volteé, tiré todo al suelo. No me busqué con delicadeza, porque encontrarme era más importante que mantener todo intacto.
Dejé de aferrarme al orden, y empecé a encontrar pedacitos de mí, de mi forma de comunicar mi mensaje y mi manera de compartir mis ideas.
Aprendí dos cosas:
Uno. Que mantener todo en orden y al mismo tiempo encontrar mi esencia, es como intentar buscar algo en un cuarto vacío.
Dos. Del lado del caos es que descubres más de lo que estabas buscando.
Aquí nos vamos a acompañar a buscar:
Debajo de la cama, entre las ideas que nunca nos atrevimos a tocar.
En la gaveta de cosas que pensamos que no servían.
Y en ese rincón de nuestra mente donde guardamos lo que de verdad queremos hacer.
Y hablo de "nos", porque El Club del Caos se creó para acompañar-nos a REVOLVER todo, a compartir nuestras ideas como no lo hemos hecho antes y sacarlas al mundo de una vez por todas.
En el club comenzarás a manejarte entre el orden y el caos, y LO MÁS IMPORTANTE, dejarás de pedir permiso para hacer las cosas a tu manera.